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El estrés en los trabajadores es uno de los principales factores de riesgo asociados al contexto laboral. Los trabajos en los cuales existe sobrecarga de actividades, demandas psicosociales y emocionales llevan a experimentar malestar emocional, insatisfacción, desmotivación y fatiga. Esto, a su vez, puede llevar a un agotamiento físico y mental conocido como “burnout” o desgaste profesional (Saborío & Hidalgo, 2015).

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El síndrome de burnout o síndrome del quemado, ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad (entra en vigor a partir del 2022),  que se deriva de un estrés crónico en el trabajador. En esta situación, la persona no encuentra soluciones a las múltiples tareas que debe desarrollar y las exigencias del ambiente sobrepasan sus recursos de afrontamiento. Es ahí cuando aparece el agotamiento físico, mental y emocional de manera progresiva, hasta incluso, generar una “incapacidad para continuar con el trabajo” (Mató, 2019).

Esta complicación suele presentarse en aquellos trabajadores cuyas funciones implica una entrega a terceros, por ejemplo: docentes, personal sanitario o aquellos que laboran en atención al cliente. Las causas que mayormente se relacionan con este síndrome se centran en la sobrecarga laboral y en circunstancias no ajenas como:

• Atender un alto número de clientes, personas de manera diaria y constante.
• Jornadas laborales extensas.
• Trabajos monótonos.
• Falta de comunicación con los compañeros o el mal clima laboral.
• Baja remuneración salarial.

Existen dos tipos de Burnout (Sevilla, 2015):

Activo: el trabajador mantiene una conducta asertiva, se relaciona con elementos externos a la profesión.
Pasivo: suele tener sentimientos de apatía y se relaciona con factores internos psicosociales.

De igual forma, las principales manifestaciones de este síndrome son:

• Poca realización personal.
• Baja autoestima.
• Dificultad para concentrarse.
• Dolor de cabeza constante.
• Irritabilidad.
• Comunicación deficiente.
• Absentismo laboral.
• Insomnio.

¿Qué hacer?

Sevilla (2015) nos menciona que, primero debemos hablar de la posibilidad de prevenir la presencia de esto en los trabajadores. Para ello, debe realizarse una evaluación constante y ajustes tanto en la organización donde labora el trabajador, así como el desarrollo que está teniendo la misma persona en su trabajo.

De esta forma, la empresa es la primera que debe evaluar las situaciones que generan estrés y ansiedad en el trabajador, para poder realizar ajustes. Asimismo, el trabajador debe asumir una postura asertiva con la cual, pueda generar mayores fuentes de comunicación laboral, sin sometimiento alguno o provocar discusiones.

Ahora bien, si hablamos de recomendaciones o claves, podemos puntualizar lo siguiente:

Limitar las horas y espacios de trabajo, de los momentos de descansar, comer y compartir en familia y amigos.

Cultivar un ambiente laboral agradable, donde prime la comunicación, el trabajo en equipo, la colaboración.

Atender las señales que el cuerpo emite, exigiendo descanso, liberar tensión, oxigenar ideas.

Buscar apoyo social y familiar, a través de actividades que activen los lasos afectivos y solidaridad.

Si encuentra que estas claves no son suficientes, podría intentar comunicarse con un profesional de la salud mental.

Referencias  

Mató, H. (2019). El síndrome d burnout o trabajador quemado. Salud canal. https://www.salud.mapfre.es/cuerpo-y-mente/psicologia/estoy-quemado-el-sindrome-de-burnout/

Saborío, L., & Hidalgo, L. (2015). Síndrome de Burnout. Medicina Legal de Costa Rica, 32(1), 119-124.https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?pid=S1409-00152015000100014&script=sci_arttext

Sevilla, M. (2015). Síndrome de Burnout. Cuídate plus. https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/psiquiatricas/sindrome-de-burnout.html

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