¿Valoramos nuestro tiempo?

El tiempo, el implacable, el que pasó

Pablo Milanés

Todos los días interactuamos con dispositivos electrónicos, en especial con el teléfono celular, en el que pasamos cada vez más tiempo. ¿Qué tan conscientes somos de ello y qué tanto control tenemos sobre esa actividad?, es algo de lo que deberíamos hablar más, sobre todo porque la proporción no deja de aumentar a expensas de otras esferas de la vida.

El artista bogotano Gabriel Zea propone una reflexión sobre el tiempo que destinamos a la interacción con dispositivos, a través de una obra titulada #tbt. Su trabajo se puede ver por estos días en el área cultural del Banco de la República de Bucaramanga, como parte del programa Imagen Regional 9. Se trata de piezas en mármol negro semejantes a teléfonos celulares, en los que está grabada la cifra que el artista dedicó a redes sociales durante 2017. Al ver las piezas, es inevitable preguntarse por el valor que correspondería a nuestra propia actividad en línea. Y, sobre todo, cuánto refleja ese dato nuestros auténticos intereses o deseos.

Cuando demasiado es normal

Durante un taller realizado hace pocos días con jóvenes de una institución educativa, les pedimos estimar el tiempo que, en promedio, dedican a sus teléfonos celulares. Luego de ello, los invitamos a verificar su estimación usando una herramienta de monitoreo de tiempo en pantalla. Durante el ejercicio, los estudiantes señalaron que, debido a la pandemia, creían que pasaban demasiado tiempo en línea, y los resultados así lo confirmaron.

Lo anterior hizo patente que en este momento, a pesar de notar que el tiempo en pantalla es excesivo, terminamos por aceptar ese abuso como algo normal, o por lo menos inevitable. El nuevo valor promedio de tiempo frente al celular parece ser demasiado. ¿Pero se trata de algo forzoso o, por el contrario, podemos decidir cuánto de nuestro día dedicaremos a esos dispositivos?

Prestar más atención

Durante el taller titulado ¿Podemos ser gatos? exploramos algunas opciones útiles para mejorar nuestra relación con la tecnología. Lo más importante es, sin duda, empezar a prestar más atención a la forma en que usamos nuestros dispositivos; el monitoreo de tiempo en pantalla puede hacernos caer en cuenta de cuánto tiempo pasamos en ciertos servicios, e incluso ayudarnos a regular de manera más activa estos valores, configurando cuotas de tiempo diario.

Usar las opciones disponibles

Asimismo, acciones simples como desactivar las notificaciones, que tienden a interrumpir nuestras actividades cotidianas, o eliminar ciertas aplicaciones que están hechas para capturar de forma activa nuestra atención, pueden ser estrategias tan útiles como evitar la panadería cuando queremos bajar de peso. Más aún, muchas de las aplicaciones que usamos a diario, han respondido a estas necesidades del público al incorporar funciones orientadas a facilitar la concentración de los usuarios; es el caso del botón de concentración de Microsoft Word o la opción de no molestar en los teléfonos celulares. Se trata de excelentes opciones que, por desgracia, la mayoría de las personas desconoce.

Prestar atención implica trabajar de forma activa para encontrar herramientas que nos ayuden a usar mejor las increíbles posibilidades de las que disponemos. De esta forma también invitamos a los diseñadores, a ofrecer alternativas menos invasivas y más ajustadas a las necesidades de las personas. Decidir cuánto tiempo deseamos pasar frente a nuestros teléfonos corresponde a cada uno de nosotros. Sin embargo, dado que se trata de nuestra vida, deberíamos involucrarnos de forma activa para asegurarnos que sea nuestra decisión y no el producto de sutiles -o descaradas- acciones de manipulación. 

Y así como estar atentos a las situaciones que nos hacen comer de más nos ayudará a mantener la dieta, es posible que la misma estrategia nos ayude a pasar en la pantalla de nuestro celular, solo el tiempo que realmente queremos.

Créditos de las imágenes:

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