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Más allá de los imperios digitales

Tiempo de lectura: 3 minutos

Después me preguntaban qué era un Estado totalitario, y yo contestaba: «Es un Estado donde todo aquello que no está prohibido es obligatorio. Y todos me miraban maravillados, exclamando:

Funny!

La piel, Curzio Malaparte

En una charla TED, Jaron Lanier advertía sobre los riesgos de un sistema en el que, para que dos personas puedan comunicarse, se necesita de un tercero que quiere manipularlas. Sin embargo, existen plataformas que tienen fines más interesantes y positivos que simplemente capturar la atención de sus usuarios. Esta es una invitación a descubrirlas y aprovecharlas.

Superar la economía de la atención

En algunas publicaciones, hemos insistido en la necesidad de prestar atención a los intereses que dirigen el desarrollo tecnológico; especialmente de plataformas como Facebook o Google, que se financian gracias a formas de espionaje masivo y sistemático. Sin embargo, debemos recordar que existen otras opciones que no se enfocan en la economía de la atención. Un buen ejemplo de ello es Couchsurfing, cuyo objetivo es ayudar a los viajeros a encontrar un hospedaje que les permita tener contacto con la cultura local. Además, puede ayudar a redescubrir una ciudad para quienes viven en ella.

Otro proyecto que resulta muy interesante conocer es librivox. Esta plataforma no solo permite descargar audio libros, sino también involucrarse como lector de esos materiales. Como lo declaran en su sitio web, se trata de facilitar el acceso a las obras de dominio público, para que puedan disfrutarse en la voz de personas reales y ser distribuidas de manera libre.

Un aspecto importante de iniciativas como estas, es que no solo pretenden digitalizar material, sino que construyen una experiencia de comunidad en su producción. Además, multiplican las posibildiades para su circulación. De esta manera se articulan a diferentes espacios de mediación que contribuyen a darles sentido y valor.

Que las personas puedan aprender lo que es el derecho de autor, las opciones de licencias de contenidos o las posibilidades que se abren en relación con el dominio público, es relevante si queremos mejorar su capacidad para gestionar información. Pero además, promover ejercicios de identificación de obras en dominio público y las labores de puesta en valor de estas en diferentes escenarios, son verdaderas oportunidades que no deberíamos dejar pasar.

No solo consumo pasivo

Un grupo de personas puede afrontar la tarea de identificar los autores locales, que están en dominio público y que por no ser rentables no se imprimen ni circulan. Esa puede ser la base para promover espacios de lectura, así como de formación en relación con el derecho de autor y de promoción de acciones de remezcla y creación. Todas estas cosas pueden ser una excelente manera de animar diálogos, encuentros, conversaciones y no solo tiempo en pantalla.

Se trata sobre todo de usar la tecnología para trabajar juntos e involucrarnos en procesos que estimulen el encuentro con lo diverso. En lugar de destinar grandes bloques de nuestro tiempo a ver contenidos de forma pasiva, participar de estos procesos de producción y circulación, puede ser una manera valiosa de descubrir nuestras propias habilidades, y las de los demás. Por esta vía podemos establecer relaciones valiosas, duraderas y reales con otras personas.

En lugar de promover prácticas orientadas a que las personas consuman contenidos en plataformas enfocadas en capturar nuestra atención, deberíamos explorar y aprovechar aquellas otras que se apoyan en la tecnología para impulsar experiencias, contactos e interacciones, que no se limitan a lo digital.

En últimas, deberíamos desconfiar de un contexto digital en el que resulta obligatorio ser cliente de alguno de los imperios digitales. Y semejante situación nos lleva a la definición de totalitarismo -ahora a escala global- que hace casi un siglo ofreció Curzio Malaparte. En lugar de convertirnos en el producto de los gigantes informáticos, podemos usar la tecnología para hacer cosas que estén a la altura de la utopía de un mundo más humano.

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