every-woman-sometimes-needs-time-only-myself

Un momento a solas y en silencio

Tiempo de lectura: 3 minutos

«No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante, ni otra forma de llegar a la universalidad que a través de la propia circunstancia: el hoy y aquí.»

Ernesto Sábato

Las tecnologías que usamos todos los días se presentan con frecuencia como instrumentos que potencian la comunicación, que favorecen el contacto con los otros y nos ayudan a comprender la realidad en que vivimos. Y, sin embargo, también ocurre que esas mismas herramientas nos embotan, distraen y desconectan, no se trata de algo nuevo. ¿Tememos tener un momento a solas y en silencio ?

En 1952 Henry Miller publicó un texto titulado leer en el retrete, allí no solo presenta su manera de entender el acto de leer, sino que además la emprendía contra la idea de llenar el cuarto de baño con materiales de lectura. En su concepto, quienes así obraban argumentando la necesidad de estar al día con las noticias del mundo, no hacían más que engañarse. La verdadera razón que los movía era evitar el quedarse a solas consigo mismos (Miller, 2014).

Lo moderno es intentar hacer varias cosas a la vez por aquello de aprovechar el tiempo al máximo, como suele decirse. Es algo verdaderamente insensato, antihigiénico e ineficaz. ¡Conservad la calma! «Ocúpate de las cosas pequeñas, que las grandes se resolverán solas.» A todos nos han dicho eso de pequeños. Pocos lo ponemos en práctica (Miller, 2014).

Atender la realidad no parece ser, en concepto de Miller, algo muy atractivo para las personas, y no solo él tenía semejante concepto. Algo parecido sostendría años después el destacado periodista Edward Murrow en un discurso que fue adaptado para la película “Good night and Good luck”. Refiriéndose a los medios de comunicación de los Estados Unidos, el veterano reportero advertía que los historiadores del futuro al revisar el contenido semanal de la televisión encontrarían allí la evidencia del escapismo, decadencia y aislamiento de la realidad. Esa caja de cables y luces era una herramienta poderosa para aislar a las personas de lo que debían afrontar.

El permanente rumor

 Las cosas han cambiado mucho hoy, además de los libros, la radio y la televisión, disponemos ahora de muchas más herramientas para estar al día con las noticias del mundo, o eso es lo que seguimos diciéndonos. Pero a diferencia de los libros, la radio y la televisión, nuestras nuevas tecnologías nunca callan. Hace unas décadas, nadie podía salir a la calle con su televisor a cuestas o recibir notificaciones para continuar la lectura iniciada el día anterior. Aun conservábamos algunos espacios en los cuales estar en silencio con nosotros, con todas nuestras facultades enfocadas en observar a nuestro alrededor o dedicadas a la ensoñación. El permanente rumor de nuestra tecnología ha transformado eso.

Según Sherry Turkle, socióloga del MIT, uno de los principales cambios que se derivan de nuestra tecnología social es la escasa tolerancia a estar solos. Esta capacidad se pierde y con ella los momentos de la introspección y aquellos para soñar despiertos (Fishetti, 2018). Y esto es particularmente preocupante en el caso de los niños, pues necesitan la soledad para aprender a conversar consigo mismos, para desarrollar su autodescubrimiento y sentar las bases que hacen posible establecer relaciones verdaderas con los otros.

El estado de distracción permanente, advierte Turkle (2018), nos lleva a ver a los demás como objetos, cosas que pueden dejarse de lado en caso de que nos resulten aburridas. Cuando la realidad muestra alguna arista que resulte indeseada, podemos dejarla de lado. A esto se suma la necesidad de estar todo el tiempo conectado, de estar siempre disponible, y de poner todo bajo la evaluación de los otros. El resultado, según la autora, es la imposibilidad para desarrollar un sentido de autonomía personal.

Cuando vamos por la calle, hacemos una fila en el supermercado o nos sentamos en una sala de espera, quizá sería interesante prestar atención a lo que pasa a nuestro alrededor, a lo que nos rodea, a cómo nos sentimos, a cómo nos van las cosas. Puede que resulte incómodo, que experimentemos el impulso de dar una mirada por esa ventana que nos saca del momento presente, pero lo que realmente cuenta es en últimas, aquello que ocurre ahí donde estamos.

 

Referencias

Fishetti, M. (2018). El primate interconectado. Investigación y Ciencia48.

Miller, H. (2014). Leer en el retrete. Navona.

Sábato, E. (2000). La resistencia (6°). Seix Barral.

Créditos de la imagen:

Coffee photo created by gpointstudio – www.freepik.com

Heart vector created by pch.vector – www.freepik.com

Los comentarios están cerrados.