«El amor ya nos ha nombrado antes de que podamos siquiera comenzar a responderle, antes de que pudiéramos pronunciar las palabras correctas o comprender lo que nos ha sucedido o lo que nos sigue sucediendo: una invitación al arte más difícil de todos…, amar sin nombrar nada.»
–David Whyte
El cambio : del amor romántico a…
El amor romántico ha sido la inspiración para un sinnúmero de obras literarias y artísticas. Se le considera la causa última de la felicidad o el desconsuelo, e incluso, como la fuente de algunos de los mayores logros de la humanidad. Tristemente, este también ha sido el marco cultural en el que la violencia hacia las mujeres se ha sostenido en el tiempo (Bosh et al., 2013).
Por fortuna, sabemos hoy en día que el amor romántico es un mito y poco a poco hemos identificado los mecanismos de socialización cultural que lo transmiten. También nos hemos cuestionado sobre la forma en que condiciona la definición que tenemos del amor y las relaciones de pareja:
«No puedes amar un objeto… pienso que por eso para mí los contratos como el matrimonio, son contrarios al amor; no es solo el compromiso, es que la otra persona empieza a esperar de ti, a tomar posesión de ti» comenta Alexa ante la perspectiva de las relaciones a largo plazo. Admite sin embargo, que «no tengo muy definido qué tipo de relación es la que me gustaría tener, pero sí sé con certeza lo que no quiero para mí»
Reflexiones como la de Alexa son frecuentes -aunque no exclusivamente-, en personas jóvenes. Con el cambio en la estructura, dinámica y definición de las relaciones de pareja, las decisiones sobre el tipo de vida amorosa que queremos llevar se ha cargado de matices, dudas e incertidumbre. Por supuesto, esto requiere que tomemos una responsabilidad personal en el asunto y que nos permitamos descubrir, como Alexa lo que no queremos y lo que quizás sí.
Amar es una práctica constante
Para David, «lo más difícil en las relaciones de pareja, es la confianza, creo que eso no es algo nuevo, pero actualmente muchas personas jóvenes parecen temer más al compromiso, pienso que esto puede ser por la cultura de la inmediatez, la gente quiere todo ya , y creen que no deben trabajar por ello»
¿Pero qué significa trabajar por una relación de pareja? Erich Fromm (1956) se refirió en su obra El Arte de Amar al concepto equivocado de que el amor se encuentra, o que es una especie de sentimiento super poderoso y mágico:
«La gente piensa que amar es simple, pero que encontrar el objeto adecuado para amar, o ser amado por, es difícil. Esto no les permite reconocer que el amor es una práctica, un arte…..si queremos aprender a amar debemos proceder de la misma manera que debemos proceder si queremos aprender cualquier otro arte, digamos música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.»
En este sentido, identificar lo que queremos en una relación es clave; así será posible saber qué debemos aprender, y comprometernos con ello a través de pequeñas pero constantes acciones:
«Para mi es muy importante compartir tiempo de calidad, veo muchas veces parejas que salen a cenar y se la pasan mirando el celular, ¿Cuál es el punto de salir con otra persona si la vamos a ignorar todo el tiempo? yo me propuse estar presente, estar allí para el otro y eso mismo espero de la persona que está conmigo»
Compromisos como el anterior, permiten alcanzar objetivos grandes en las relaciones de pareja. Por ejemplo, si aspectos cruciales para nosotros son: «la buena comunicación, la honestidad, la paciencia, la transparencia en los acuerdos, la aceptación del otro y el conocimiento y respeto de los límites de cada uno» debemos preguntarnos ¿Qué conjunto de acciones debemos llevar a cabo para lograrlo? ¿Qué estamos dispuestos y dispuestas a hacer?
Referencias
- Bosch, E., Ferrer, V., Ferreiro, V., & Navarro, C. (2013). La violencia contra las mujeres. El amor como coartada. Anthropos.
- Fromm, E. (1956). El arte de amar. Harper.
- Credenciales imagen: Foto de Mujer creado por freepik – www.freepik.es
