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Lo mejor para el cerebro: estimular, recordar y aprender

Tiempo de lectura: 3 minutos

En nuestras actividades diarias, suele sucedernos que olvidamos algún detalle o tarea pendiente e incluso no recordamos cosas como ¿qué hicimos el día anterior? ¿cuál fue nuestro desayuno ayer? y algunas veces dejamos en casa un objeto que necesitábamos llevar con nosotros. Es probable que no le demos importancia a la frecuencia con la que ocurren estos olvidos porque creemos que son normales, pero a veces no lo son, en especial cuando ocurren muy a menudo.

Otras dificultades pueden aparecer en nuestras vidas cotidianas como, fallas en la concentración o en la organización y planificación de las actividades del trabajo, el colegio, la universidad y el hogar, afectan nuestra funcionalidad. Usualmente, solemos atribuir estos problemas al estrés o al cansancio, y aunque puede ser cierto no está demás revisar si nuestros procesos cognitivos están trabajando bien, porque son éstos en últimas los que nos permiten llevar a cabo las actividades del diario vivir.

¿Qué son los procesos cognitivos?

Son el conjunto de habilidades que involucran la atención, el lenguaje, la memoria, la percepción, es decir, la capacidad para explorar el entorno por medio de los sentidos y el razonamiento, que se refiere a las actividades que implican planificar, realizar cálculos numéricos, tomar decisiones, entre otras. De acuerdo con Cuellar et al. (2018) la pérdida progresiva de dichas funciones aumenta con la edad y produce un deterioro en nuestras capacidades. Además, estudios demuestran que mientras envejecemos podemos presentar dificultades para recordar, concentrarnos, percibir sonidos, identificar sabores y olores e incluso para solucionar problemas (Nazar et at., 2020; Valera et al., 2019).

¿Cómo prevenir el deterioro cognitivo?

El deterioro cognitivo podemos prevenirlo a través de la estimulación cognitiva que consiste en practicar actividades que involucren la atención, el lenguaje, la memoria, la percepción y el razonamiento (Cordero y Yubero, 2016). Sugerimos profundizar en estudios como los de Guzmán-Olea (2017) y Cuellar et al. (2018) debido a que en estos encontraremos información acerca de la efectividad de la estimulación para prevenir las dificultades cognitivas.

Es conveniente que, si presentamos problemas asociados con el deterioro en las habilidades cognitivas, busquemos asesoría con un profesional del área de la salud quién evaluará nuestro estado cognitivo y luego presentará un plan para estimular las áreas más afectadas. Estos son ejemplos de algunos ejercicios que suelen hacer parte de las rutinas de estimulación cognitiva, los cuales podemos realizar desde la comodidad del hogar.

  • Lectura diaria
  • Memorizar algo nuevo cada día como canciones o frases.
  • Hacer operaciones matemáticas como sumar o restar todos los días.
  • Hacer alguna actividad que implique una planificación previa como: elaborar una nueva receta o una manualidad. Este ejercicio es recomendable hacerlo un día de la semana y repetirlo la próxima semana hasta recordarlo sin ayuda.
  • Orientarse con la fecha, día de la semana y la hora.
  • Realizar actividades de ocio como llenar crucigramas y sopas de letras.

Recordemos, que estos son ejercicios cotidianos que pueden ayudarnos un poco a estimular la mente; pero no hacen parte de una prescripción profesional para mejorar el deterioro cognitivo a largo plazo, para esto recomendamos consultar un experto.

Referencias

Cuellar Álvarez, J., Guerra Morales, V., Bravo Acosta, T., y Coronados Valladares, Y. (2018). Evaluación del estado psicoafectivo, funcional y cognitivo en adultos mayores. Revista Cubana de Medicina Física y Rehabilitación, 10(2), 1-10. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=85913

Cordero, P. R., y Yubero, R. (2016). Tratamiento no farmacológico del deterioro cognitivo. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 51, 12-21. https://doi.org/10.1016/S0211-139X(16)30138-X

Guzmán-Olea, E., Pimentel-Pérez, B. M., Salas-Casas, A., Armenta-Carrasco, A. I., Oliver-González, L. B., y Agis-Juárez, R. A. (2016). Prevención a la dependencia física y al deterioro cognitivo mediante la implementación de un programa de rehabilitación temprana en adultos mayores institucionalizados. Acta universitaria, 26(6), 53-59. https://doi.org/10.15174/au.2016.1056.

Nazar, G., Ulloa, N., Martínez-Sanguinetti, M. A., Leiva, A. M., Petermann-Rocha, F., Martínez, X. D., Lanuza, F., Cigarrao, I., Concha-Cisternas, Y., Troncoso, C., Mardones, L., Villagrán, M. y Celis-Morales, C. (2020). Diagnóstico médico de depresión se asocia a sospecha de deterioro cognitivo en adultos mayores. Revista médica de Chile148(7), 947-955. http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872020000700947

Valera, C. C., i Regué, M. B., Ritort, S. F., y Torres, E. C. (2019). Cómo afrontar el envejecimiento de forma saludable: cambios y oportunidades. Aquichan, 19(1), 1-13. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7075165

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